El lunes se abrió el plazo de solicitud para un nuevo programa federal de inmigración que permite a los cónyuges indocumentados permanecer en EE.UU. mientras solicitan un estatus legal.
El Presidente Joe Biden anunció en junio el programa, conocido como «parole in place», mediante una acción ejecutiva que podría evitar la deportación de unos 500.000 inmigrantes en todo el país.
Para ser elegibles, las personas deben haber vivido en EE.UU. durante al menos 10 años y haber estado casadas con un ciudadano estadounidense antes de que se anunciara el programa el 17 de junio. Los solicitantes pueden ser descalificados si tienen antecedentes penales o se determina que son una amenaza para la seguridad nacional.
«Este es un gran cambio de juego, este es probablemente el mayor día de inmigración en más de una década desde que se anunció DACA», dijo la abogada Esther Valdés, refiriéndose al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia que permite a los inmigrantes indocumentados traídos a Estados Unidos cuando eran niños permanecer en el país.
Antes del programa «parole in place», la ley federal obligaba a muchos cónyuges indocumentados de ciudadanos estadounidenses a regresar a su país de origen y solicitar un visado en un consulado en el extranjero. Las personas aprobadas por el nuevo programa podrán permanecer en EE.UU. mientras recorren el camino hacia la ciudadanía.
«Están aquí con sus familias, están ganando un ingreso, sus hijos no están desesperados de que mamá nunca va a volver a casa, y pueden permanecer aquí con sus familias y ser capaces de legalizar aquí», dijo Valdés. «Para muchas personas que han estado tratando de hacerlo de la manera correcta, lo han estado intentando, ya han estado en el bucle de inmigración, las listas de espera son tan largas que no han podido obtener su tarjeta verde».
Una de esas parejas son Elizabeth y Jacob Naputi, de San Diego. Dicen que se conocieron «por accidente» en un chat hace 10 años, cuando empezaron a hablar y «nunca pararon».
Durante mucho tiempo, sus conversaciones han estado llenas de miedo a que la deportaran en cualquier momento. Elizabeth Naputi es indocumentada, fue traída a Estados Unidos desde México cuando tenía un año. Es beneficiaria de DACA y ha estado solicitando su tarjeta verde desde que ella y Jacob Naputi se casaron hace seis años.
«Emocionalmente, es mucho», dijo Elizabeth Naputi. «Todos somos muy conscientes de los riesgos que corro solo por estar aquí todos los días, e incluso con esa posibilidad de irme y no poder regresar».
«Había días y noches en los que no podíamos dormir. Siempre lo teníamos presente», continúa. «Nos sentábamos y hablábamos de qué pasaría si tuviera que irme. ¿Cómo vas a mantenerte emocionalmente? ¿Con sólo la mitad de los ingresos?
Jacob Naputi dijo que ha vivido con el temor de que él regresara a casa y ella simplemente se hubiera ido.
«Algunas noches no sabía si la vería al día siguiente», dice. «Se oyen muchas historias de personas indocumentadas que se quedan aquí con sus familias y se las llevan, sin previo aviso, y vuelven a casa abandonadas, básicamente. Y yo no sabía si ése iba a ser mi hogar».
Dijeron que habían pedido préstamos y pasado incontables horas solicitando y renovando su DACA cada dos años mientras esperaban. En la primera oportunidad que pudieron el lunes, presentaron el papeleo para que Elizabeth Naputi se quedara en Estados Unidos.
«Por fin me da un poco de tranquilidad, saber que si todo me sale bien y si me aprueban, puedo estar aquí. Puedo continuar mi vida con él», dijo.
Dijeron que habían llegado a este punto gracias al amor que sentían el uno por el otro.
«No podría haber pedido un marido mejor», dijo Elizabeth Naputi. «Es súper comprensivo, súper paciente. Me ayuda mucho con el estrés de todo lo que hemos pasado, porque sé que al final del día puedo confiar en él y que estará ahí para mí».
Jacob Naputi dijo que ella le ha cambiado la vida, y que está «aquí para el viaje».
«Ella me hace mejor persona», dijo. «He luchado con muchos problemas de salud mental, así que antes de conocerla, no quería nada en mi vida, como que sólo quería quedarme en mi habitación y jugar a videojuegos toda mi vida».
«Me ha enseñado que hay algo más que cuatro paredes. Hay más que cuatro paredes», dijo.
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Articulo original en inglés NBC MIAMI, Video de Noticias Telemundo.
